Nuevo mundo, nuevas reglas: la ciberseguridad en una era de incertidumbre

Los riesgos actuales están determinados tanto por la geopolítica como por las tecnologías disruptivas. Las disputas comerciales, el debilitamiento de las instituciones internacionales y otras tendencias desestabilizadoras en esta nueva era de competencia estratégica están remodelando el entorno de amenazas, así como los métodos tradicionales de hacer negocios.​

​En respuesta a este clima geopolítico, el 62% de los líderes encuestados a nivel Latinoamérica está convirtiendo la inversión en ciberseguridad en una de sus tres principales prioridades estratégicas para el próximo año. Además, están dando prioridad a los cambios en la ubicación de las infraestructuras críticas (31%), las políticas comerciales y operativas (40%) y las pólizas de seguro cibernético (29%). Ahora que la disrupción es la norma, la ciberseguridad es una palanca fundamental para la resiliencia.

La escasez de personal especializado en ciberseguridad sigue obstaculizando el progreso, especialmente ahora que las organizaciones se esfuerzan por poner en marcha la IA, proteger entornos complejos y prepararse para las amenazas de próxima generación.

Muchas organizaciones están explorando nuevas formas de adquirir competencias, entre ellas herramientas de IA (53%), herramientas de automatización de la seguridad (48%), consolidación de herramientas de ciber (47%) y la mejora o el reciclaje de las competencias (47%). También están dando prioridad a los servicios gestionados especializados, especialmente aquellas organizaciones que han sufrido un ataque importante (48%).

La computación cuántica ya no es algo teórico, está saliendo de los laboratorios y  está introduciendo nuevas formas de ayudar a resolver problemas complejos, como la modelización financiera y la optimización logística, al tiempo que está redefiniendo supuestos que se han mantenido durante décadas en materia de ciberseguridad.

Aunque la tecnología cuántica no supone una amenaza inmediata, quienes retrasen la transición a la criptografía poscuántica podrían estar exponiendo sus datos confidenciales, sus servicios de autenticación y sus sistemas criptográficos. Dado que los plazos de implementación se prolongan durante años, sentar las bases para una seguridad resistente exige actuar hoy.

Algunas organizaciones están dando los primeros pasos, con un 27% en fase piloto y de pruebas. Sin embargo, solo el 20% ha superado la fase piloto y poco mas de la mitad (53%) no ha considerado ni comenzado a implementar ninguna medida de seguridad resistente a la computación cuántica. Esto se debe a la falta de comprensión de los riesgos poscuánticos, junto con los recursos internos limitados y las demandas competitivas.