9 de octubre de 2017.
En la última década la economía paraguaya se ha destacado dentro de la región, registrando uno de los guarismos más altos de crecimiento del continente.
Entre 2007 y 2016 creció 5,0% en promedio, una tasa elevada teniendo en cuenta que durante este período tuvo dos años de contracción de la actividad: 2009 por el impacto de la crisis mundial y 2012 debido a efectos climáticos y fitosanitarios que afectaron la agricultura y ganadería.
Los últimos datos muestran que el dinamismo de la actividad económica se mantiene. El Producto Interno Bruto (PIB) cerró el primer semestre de 2017 con una expansión interanual de 3,9% y se estima que el año cerraría con un crecimiento en torno a esa cifra.
Históricamente la economía paraguaya ha tenido una fuerte dependencia de los recursos naturales. Estos han estado detrás de los elevados -y volátiles- guarismos de crecimiento que se han registrado durante el siglo XXI.
Sin embargo, el desarrollo de los últimos años y la mejora de los niveles de vida de la población permitieron el dinamismo de otros sectores. Este fue el caso de la construcción por ejemplo, actividad que ha crecido de manera ininterrumpida durante la última década (con tasas del 8% en promedio), prácticamente duplicando su participación dentro del producto (pasó de representar 4,7% del PIB en 2007 a 8,3% en 2016).
También asociado con la mejora del ingreso de los habitantes, los servicios comenzaron a crecer desde 2003, a tasas similares al promedio del PIB. Dentro de este gran rubro se destaca “finanzas” y “comunicaciones” que durante 2007-2016 crecieron en promedio 10% y 6% respectivamente.